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La lisa rayada se distribuye desde Cuba hasta Argentina existiendo dos poblaciones bien diferenciadas (aún en controversia sobre si podrían tener categoría de especies incipientes): una desde Cuba hasta Río de Janeiro y otra desde el sur de Río de Janeiro hasta Argentina. Es uno de los peces más conspicuos representantes de los ambientes costeros eurihalinos de la Provincia de Buenos Aires y del norte de la Patagonia, como asimismo de numerosos arroyos y/o lagunas de agua dulce o salobre que poseen comunicación con el mar, por ejemplo, la Laguna Costera Mar Chiquita ubicada 35 Km hacia el norte de la ciudad de Mar del Plata. Se las ha registrado desde el Río de La Plata hasta el Río Deseado en la provincia de Santa Cruz. La edad de los peces puede estimarse por enumeración de las marcas rítmicas de crecimiento formadas en los tejidos duros, por ejemplo, los otolitos. Estos son concreciones altamente calcificadas, consistentes en aragonita con una matriz orgánica compuesta de la proteína otolina. Las marcas se forman en períodos alternos de crecimiento rápido y lento por diversas causas, para las lisas de zonas frías y templadas las variaciones de temperatura debidas a la estacionalidad (invierno/ verano) son la causa fundamental de la formación de dichas marcas. La edad y crecimiento de la lisa rayada ha sido estudiada en base a ejemplares provenientes de la laguna Mar Chiquita. Las clases de edad observadas se distribuyeron entre las edades 1 a 10 años, con tallas promedio de 136,3 y 547,5 mm respectivamente. El largo infinito (Loo (mm)), es decir la talla máxima estimada matemáticamente, fue de 563 mm, habiéndose sin embargo capturado en la práctica lisas de hasta 610 mm de longitud total. La longevidad estimada, es decir la edad a la que en promedio los individuos alcanzarían el 95% de su Loo, fue de 10 años.
Los mugílidos poseen un mecanismo característico de alimentación por filtración oral y branquial. La alimentación ocurre de tres maneras: a) el pez forrajea sobre el bentos, en posición cabeza abajo con la boca protruída, aspirando la capa superficial de depósitos los cuales son filtrados en la cavidad faringobranquial; b) levantan los depósitos bénticos con sus aletas que luego son aspiradas (chupadas) y filtradas; c) buscan selectivamente sobre el substrato de algas y material micro béntico que cubre las rocas sumergidas u hojas de plantas. Por todo esto se aplica el término iliófago (en referencia a la capa más superficial de sedimento) en alusión al modo de alimentación de los mugílidos. La filtración del material seleccionado es presumiblemente llevada a cabo por los arcos branquiales en conjunción con el órgano faringo-branquial. Los trabajos sobre la ecología y biología reproductiva de la lisa rayada son relativamente recientes para Argentina, mostrando que posee un ciclo anual con una modalidad de desove total, o parcial con fecundidad determinada, y una fecundidad promedio de 1.800.000 oocitos/hembra. La talla de primera madurez estimada es de 450 mm de longitud total para las hembras y 436 mm para los machos. Es importante resaltar que no se encontraron hembras en estadio de maduración avanzada de longitud total inferior a 500 mm, lo cual evidencia la vulnerabilidad de la especie frente a cualquier tipo de pesca o extracción.
El actual modelo hipotético de ciclo de vida de esta especie indica que los adultos utilizan el período entre enero y fines de abril para el crecimiento y la maduración gonadal. Dicha etapa se cumple en lagunas costeras, estuarios o ambientes dulceacuícolas de similares características. Desde mayo a mediados de junio la lisa efectúa una migración reproductiva desde los citados ambientes estuariales hacia el mar. Esta migración costera hacia el norte, desde Argentina (36º S aprox.) hacia Santa Catarina (Brasil, 26º S aprox), estaría correlacionada con las etapas de maduración final previas al desove de la especie. De esta manera, los eventos reproductivos tendrían lugar en el área costera entre los estados de Santa Catarina y Paraná entre los meses de junio-agosto. No obstante, un segundo evento reproductivo minoritario (en latitudes más sureñas) no puede descartarse, dada la existencia de hembras en maduración avanzada registradas ininterrumpidamente durante los meses de noviembre-diciembre. Luego del desove ocurre el retorno de larvas y juveniles tempranos, los cuales son transportados en sentido norte- sur por las corrientes costeras e ingresando paulatinamente en los distintos estuarios/lagunas de la costa. Estos ambientes proveerán de refugio contra predadores y alimento para el desarrollo y crecimiento hasta llegar a su primera maduración, donde recomienza el ciclo de vida de esta especie.
Por ser un pez iliófago, la lisa está ubicada en un lugar basal de las tramas tróficas. Si bien en Argentina no hay datos de capturas confiables existe una fuerte y preocupante caída en las capturas registradas del sur de Brasil, indicando que la especie esta siendo amenazada. Este hecho debería preocuparnos dado lo expuesto en la sección de su ciclo de vida. Mugil liza es objeto de pesca comercial en pequeña escala, especialmente en la zona de Bahía Samborombón y cercanías, donde desde hace varias décadas existen pequeñas comunidades locales de pescadores que utilizan este recurso -entre otros- como medio de subsistencia. También en la zona de Bahía Anegada (Pcia. de Buenos Aires) se las pesca en forma comercial en pequeña escala para luego realizarle el “ahumado”. Para esto se efectúa una fogata dentro de una habitación y se cuelgan con alambres las lisas de sus paredes durante varias horas hasta completar su cocción. Luego son comercializadas con gran aceptación. Es importante mencionar además que las lisas son muy estimadas como objeto de pesca deportiva debido a la dificultad que representa lograr un “pique” y la gran resistencia que ofrecen luego del mismo.
¿Por qué salta la lisa? Esta pregunta que he escuchado frecuentemente por parte de los pescadores deportivos no tiene una respuesta concluyente. Entre los posibles motivos estaría la posibilidad de que el salto contribuya al tamizado y avance intestinal del barro y alimento previamente filtrado. Otra explicación estaría relacionada con la disminución de oxígeno, que usualmente ocurre en las lagunas y/o cauces de aguas someras como consecuencia del aumento de temperatura durante el verano. Una tercera posibilidad (nunca me convenció demasiado) es que dicho salto sea un intento (desesperado) de eliminar ectoparásitos dérmicos o branquiales. Por Mariano González Castro
Pesca
La pesca de la lisa representa uno de los mayores desafíos para los pescadores deportivos. No es una pesca para “novatos”, solo los experimentados suelen encarar dicho reto. El hecho tiene relación directa con su hábito alimentario: como se explicó anteriormente, estos peces son iliófagos. Esto implica que no existe una acción activa de atacar una presa, con lo cual el “pique” no se produce de la manera tradicional. Por esto, las carnadas normalmente empleadas (camarón, magrú, anchoíta, filete de pejerrey) no surten efecto con las lisas. Dado su ciclo de vida, que como se explicó implica una migración reproductiva costera, lisa se pesca deportivamente solo en ambientes continentales con conexión marina y lagunas costeras. El pique de la lisa se da fundamentalmente en verano, o finales de primavera, cuando el agua ya tiene una temperatura relativamente alta. Usualmente dicha pesca se realiza con un aparejo formado por dos o tres boyitas pequeñas de flote (color rojo preferentemente), unidas a anzuelos pequeños (bien afilados) con brazolada de nylon fino, de 20 cm de largo aprox. La carnada es generalmente un trozo pequeño de hígado fresco de vaca, el cual se embebe abundantemente con algún colorante para torta color rojo (las versiones varían según cada pescador…). La realidad es que esto solo sirve para “llamar la atención del pez”, el cual suele acercarse (un poco curiosidad y otro por el líquido espeso, mezcla de sangre y colorante, que chorrea de dicha carnada) para succionar; a partir de aquí la experiencia del pescador en “clavar la presa” es lo que cuenta. El resto, es mito… . Por Mariano González Castro