Salmo trutta

La trucha marrón es una especie originaria de Europa, oeste de Asia y norte de África. Es uno de los peces más valorados por los pescadores recreacionales debido por un lado a la lucha que desarrolla durante la captura y por el otro a los tamaños que pueden alcanzar sus ejemplares. Gracias a la amplia tolerancia o plasticidad que muestra a diferentes condiciones ambientales, se la considera una de las especies con mayor potencialidad como invasora entre los peces del mundo. Esta plasticidad le ha permitido ser el salmónido más abundante en nuestro país, luego de la trucha arco iris. Su introducción data de 1906, cuando 6.000 ovas embrionadas fueron enviadas desde Inglaterra a la provincia de Santa Cruz a una estación de piscicultura que incubó los huevos y liberó los juveniles en el río Gallegos, aunque no se sabe si prosperaron. Entre 1931 y 1935 la especie fue diseminada en el resto de la Patagonia y otros lugares de la Argentina, y ya a partir de 1940 empieza a ser abundante en los cuerpos de agua patagónicos, incluidas las islas Malvinas. Al presente, fuera del ámbito patagónico, se registra su presencia al menos en cuerpos de agua de Córdoba, Mendoza y San Juan........  

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A grandes rasgos puede decirse que las poblaciones de esta especie que habitan el norte de Patagonia y centro del país completan su ciclo de vida en agua dulce, mientras que, en las cuencas de la Patagonia sur, existen poblaciones que desarrollaron una variante particular que incluye una fase de migración al mar para alimentarse que se denomina anadromía. Estos peces que salen al mar para alimentarse vuelven a ingresar a los ríos para reproducirse, pues la condición fundamental para todas las especies de salmónidos es el desove e incubación de huevos en agua dulce. Al igual que otras especies de la familia, los juveniles pasan entre pocos meses y varios años en sus lugares de cría, para luego moverse a cursos de agua mayores, los lagos o el mar. En este último caso, los peces deben esperar entre uno y cinco años, luego de lo cual sufren un cambio en su fisiología que se llama esmoltificación y que les permite vivir en aguas de salinidad alta. Esta estrategia se relaciona con ambientes fríos, poco productivos y pobres en alimento, lo que hace que sea ventajoso, evolutivamente hablando, arriesgarse a ir al mar, a pesar de la mayor depredación y la salinidad, ya que tanto la temperatura como la disponibilidad de alimento son mayores. El resultado es que estos peces crecen de una manera acelerada y alcanzan tallas y longevidades poco comunes en sus compañeros de agua dulce, llegando a más de un metro de longitud, 15 kg de peso y 12 años de edad en algunos casos. Las poblaciones anádromas son famosas por esta razón entre los pescadores y se encuentran en algunos de los ríos de la Isla Grande de Tierra del Fuego y, un poco más al norte, en el río Gallegos de Santa Cruz, aunque en las mismas zonas es posible encontrar poblaciones residentes, es decir que nunca saldrán al mar. Una trucha marrón adulta es un depredador visual, de hábitos principalmente crepusculares o nocturnos y que prefiere ambientes profundos de corriente lenta.  En lagos se la ha registrado a más de 50 metros de profundidad y habitan también zonas costeras marinas y estuarios. La maduración sexual varía, como es de esperar, con los ambientes, pero ocurre en general luego de al menos un año de crecimiento en lagos o el mar para los ejemplares migratorios. Los que se quedan en los ríos de nacimiento maduran sin migrar. Se han encontrado ejemplares cuya madurez sexual ocurrió entre los 2 y los 6 años de edad. La reproducción ocurre entre mayo y septiembre y se asocia a cambios en las horas de luz, temperatura y caudal. Los machos son los primeros que llegan a los sitios de puesta y los últimos que se van. Una hembra puede depositar entre 1.000 y 3.000 huevos por kilo de peso y puede ser fecundada por más de un macho. Los juveniles emergen de la grava en primavera o el verano temprano y empiezan a alimentarse activamente de insectos pequeños, volviéndose fuertemente territoriales. A medida que crecen, esa territorialidad, donde un individuo echa a todos los demás de “su” sitio, desaparece y se observa que entre peces de cierta edad hay un orden jerárquico de dominancia, lo que permite la convivencia respetando las jerarquías definidas principalmente por el tamaño del ejemplar, repartiendo los lugares en función de, por ejemplo, quiénes acceden primero al alimento. Al aumentar el tamaño de los individuos, también su dieta va cambiando: un adulto es un depredador tope con preferencia por presas grandes, principalmente peces y “cangrejos” decápodos. Esto hace que su nicho alimentario, o sea el espectro de especies que come, sea menos generalista que la de otros salmónidos. Debido a que su dieta incluye peces y otros organismos nativos, algunos amenazados, la especie produce impactos ecológicos importantes que han sido documentados en muchos de los ambientes acuáticos argentinos y que deben ser tenidos en cuenta por los responsables del manejo y conservación de los recursos acuáticos continentales a la hora de definir políticas de gestión, tales como la implementación de captura y liberación obligatorias, siembras o introducción de la especie en nuevas cuencas y la regulación de los esfuerzos de pesca (número de cañas en un sitio, horas máximas por pescador, entre otras). Si bien es deseable que se protejan las poblaciones de trucha marrón, algunas de las cuales sustentan pesquerías muy importantes y son un factor de crecimiento y bienestar para muchas economías regionales, se espera que también se contemple a las otras especies autóctonas, las que en general no han sido tenidas en cuenta por quienes son los responsables de su cuidado, es decir los estados provinciales. Por Miguel Casalinuovo

Ficha
ficha marron
Estado de conservación
Calidad para consumo
Ambiente